La disfunción eréctil o impotencia masculina es la incapacidad de mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
Es una patología que afecta, en algún nivel, aproximadamente al 40% de los hombres entre 40 y 70 años y se origina por diversas fuentes: desde operaciones y tratamientos para controlar otras patologías, diversos tipos de cáncer, traumatismos o accidentes, hasta, por supuesto, el paso de los años.
Sin embargo alrededor de un tercio de estos hombres no responden a medicamentos como el Viagra, por lo que es necesario encontrar nuevas maneras y soluciones que los ayuden a mantener vidas sexuales plenas.
Una de estas respuestas es la creación de un implante de pene, hecho de “nitinol”, un material inteligente, aleación del titanio y níquel que posee una característica muy especial: tiene memoria de forma, es decir es muy elástico y ante ciertos estímulos externos reacciona y hasta cambia de forma.
Posible solución para la sexualidad masculina
Un grupo de científicos estadounidenses de la mano con la empresa Boston Scientific, empresa de tecnología y dispositivos médicos que financia esta investigación, está desarrollando el implante aprovechando las características de este material.
El equipo apuesta a reproducir un dispositivo que permanece flácido cuando está a temperatura corporal y que se expande una vez que es sometido a calor, a fin de hacer el proceso lo más natural posible.
A la fecha han desarrollado un prototipo de dispositivo que consiste en una espiral metálica enrollable que se implantaría, mediante una rápida y sencilla intervención quirúrgica, en la base del pene del paciente.
Actualmente sus creadores están trabajando en un control a distancia que envíe ondas al dispositivo a fin de aumentar la temperatura, tan solo unos cuantos grados por encima de la temperatura corporal promedio, para que se expanda y ayude al paciente a tener erecciones duraderas y completas ayudándolo así a mantener una vida sexual satisfactoria.
Resultados de las pruebas en hombres
Las primeras pruebas del dispositivo han sido positivas, aunque no ha sido probado en humanos, pues se ha demostrado que tras calentarse, se expande; mientras que cuando se enfría, retorna poco a poco a su estado original.
Brian Le, urólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison y uno de los autores del trabajo, cree que este implante puede llegar al mercado en un plazo de cinco a diez años, y convertirse en una alternativa a los tratamientos tradicionales contra la disfunción eréctil.